El último bucardo

El bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) es una subespecie de cabra montés extinta. Esta subespecie de cabra montés ibérica estaba en peligro de extinción desde principios del siglo XX, y fue catalogada como «especie en peligro crítico de extinción» (CR) por el Specialist Caprinae Group de la IUCN en 1997. El 6 de enero de 2000 se halló muerta el último ejemplar, una hembra, que vivía en Ordesa (Huesca)

Me encuentro en el centro de visitantes de Ordesa en el municipio de Torla-Ordesa. Las fotos son propias, excepto una de ellas de autor desconocido, por lo que se pueden ampliar pulsando en ellas.

El último bucardo

Bernard Clos es el gran fotógrafo de los bucardos. Este montañero francés es la única persona que ha logrado buenas fotografías de este animal, dejando un legado único para la humanidad. Realizó sus fotos en Ordesa entre los años 1978 y 1982.

Bernard Clos

Sin embargo otros no fotografiaban, cazaban y mataban.

Sir Victor Brooke

La última bucarda

Esta imagen de autor desconocido está hecha cuando la última bucarda ya muerta la llevan a Torla.

Seguramente me falta una última foto, parece que con una cara muy resignada, nos está pidiendo que nunca matemos, ni maltratemos a los animales.

Bucardo

Hace bien poco, en el año 2000, se extinguió un animal, un mamífero, en España, el bucardo. Vivía en el Pirineo. Era una subespecie de la cabra montesa ibérica, un animal único, solo vivía allí, y que hemos exterminado.

El último ejemplar murió, cuando ya estaba protegido, pero de la manera más tonta del mundo: le cayó un árbol encima.

La historia del bucardo (de la Capra pyrenaica pyrenaica) es una historia muy simple. Durante siglos la cabra era abundante. Brincaba y pastaba por el Pirineo, por País Vasco, Navarra, Lérida y Gerona.

Pero la caza indiscriminada hizo que a finales del siglo XIX ya las poblaciones estuvieran considerablemente mermadas. En 1918 Ordesa, en Huesca, el último reducto del bucardo, fue declarado Parque Nacional, algo que no frenó en absoluto su caza. Se siguió haciendo de manera ilegal.

Luego durante la posguerra, seguimos matando estas cabras para comer. Eran muy confiadas y un buen alimento. Pero llovía sobre mojado y las comimos hasta que las convertimos en ‘zombies’.

‘Zombies’ es como podemos denominar a las especies de animales cuyo número es tan bajo que nunca podrán volver a formar una población abundante y sana. Viven, pero están abocados a la extinción sin remedio.

Una combinación de varios factores dieron la puntilla a la estos muertos vivientes. La endogamia, las enfermedades derivadas de esta circunstancia, la masificación turística, la competencia con otro animal parecido, el rebeco, los abocaron al fin.

En 1990 se cifró su población en diez ejemplares. Tres años más tarde solo había tres hembras. En el 96 se capturaron para llevarlas a un lugar seguro y para intentar que se reprodujeran cruzándolas con otro tipo de cabras. No sirvió para nada. Era ya demasiado tarde.

El último ejemplar fue una hembra, de 13 años. Se llamaba Celia. El cadáver lo encontraron técnicos de la Guardia Forestal del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el 6 de enero de 2000, bajo un árbol caído.

Años más tarde, en 2003, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), intentó resucitar a la cabra mediante clonación a partir de células recogidas de la oreja de uno de los últimos ejemplares.

Lo consiguió pero por unos minutos, el ejemplar que nació murió enseguida por un defecto en los pulmones. La posibilidad de intentar repetir la hazaña científica sigue ahí, pero por el momento no hay nada en firme.

Fuentes: El Centro de visitantes en Torla-Ordesa, Wikipedia, La wed del Bucardo, Radio Televisión Española.

Esta entrada ha sido publicada en Huesca y Pirineo y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

20 respuestas a El último bucardo

  1. trimbolera dijo:

    Una pena. Hablar de Ordesa era pensar en el bucardo. Una pena.

  2. Calandra dijo:

    Y luego los cazadores dicen que colaboran con la naturaleza, como si la naturaleza los necesitara para nada.

    • unjubilado dijo:

      Calandra Los cazadores al igual que los pescadores, colaboramos en destrozar la naturaleza, pese a las leyes y sanciones que conlleva el cazar o pescar un animal que esté catalogado en periodo de extinción.

  3. Ester dijo:

    Una pena cuando desaparecen especies, la vida tampoco es fácil para los animales. Un abrazo

  4. Y bien poco que se aprende de las consecuencias de las barrabasadas humanas en la Naturaleza.

  5. Afortunadamente, de otras cabras monteses hay muchas, pues Sierra Nevada está llena y hasta pueden verse facilmente.

    • unjubilado dijo:

      Senior citizen Así es y de hecho si me dijeran que identificara una cabra montés de un bucardo yo no sería capaz de hacerlo. Y por lo visto el ADN es distinto, al igual que ligeras diferencias en las medidas del cráneo.
      Fruto de un estudio las poblaciones de cabra montes quedaron divididas en cuatro subespecies, el bucardo del Pirineo, la cabra montes de Gredos (Capra pyrenaica victoriae), la cabra del sur y este de la Península Ibérica (Capra pyrenaica hispanica) y la cabra montes que se extendía por el norte de Portugal, Galicia, y montañas cantábricas (Capra pyrenaica lusitanica). Esta subespecie fue la primera en extinguirse, hacia 1890.

  6. Jesus dijo:

    Como en tantas cosas, solo las echamos de menos cuando faltan y ya no hay remedio.

  7. Qué pena que seguimos extinguiendo. Somos bárbaros.
    Un beso sabatino, Jubi.

  8. Laura. M dijo:

    Seguiremos extinguiendo especies. Menos mal que hay más clases de cabras.
    Buen fin de semana.
    Un beso.

  9. Genín dijo:

    Que desidia e incompetencia de los responsables, mira que dejar que la cosa llegara a un solo ejemplar…
    Pa echarlos a todos al paro…o a la cárcel mejor…
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín Lo de echarlos a la cárcel me recuerda las cárceles de esos pueblos pirenáicos, en concreto la de Broto que visité.
      Allí los metían en la cárcel por el motivo que fuera, en una sola sala y sin separaciones de ningún tipo, pero si dentro de ella se portaban mal, había un agujero que comunicaba con una especie de sótano y allí dejaban caer (literal) al que se lo merecía. Lo normal es que se le partieran las piernas y nadie les atendía, le echaban la comida desde el piso de arriba, ya que no tenía salida ese sótano, la mayoría fallecía en un periodo breve de tiempo, la salida del cadáver o del reo era poniendo una escalera a través del agujero.
      Saludos

  10. Tawaki dijo:

    Algún día conseguiremos replicar esta especie, pero no será lo mismo que si hubiésemos conseguido salvarla. Es triste que, con todos los avances de que disponemos, sigamos siendo tan bárbaros y egoístas.

Los comentarios están cerrados.