La edad del pavo

Empleamos este giro para referirnos a la etapa en la que se pasa de la niñez a la adolescencia. También es usado para describir irónicamente un comportamiento que recuerda a esa fase pero en un adulto. Por ejemplo: «Vaya semanita me está dando mi hijo mayor, parece que sigue en la edad del pavo».

¿Qué es la edad del pavo? No es más que ese momento de la vida que marca el paso de la niñez a la adolescencia. El cuerpo se empieza a desarrollar de una forma un tanto desgarbada y los cambios hormonales crean personas algo inconformistas, rebeldes y de comportamientos imprevisibles. Las emociones cambiantes están a la orden del día.

El pavo, igualmente, es un animal muy sensible a los cambios del entorno, clima, luz, ruidos, etc. a los que responde con reacciones inesperadas, graznidos descontrolados… Si añadimos a esto la desproporción corporal que tienen y el color rojo de sus apéndices en la cabeza, encontraremos las similitudes que han hecho que se relacione este animal con la pubertad.

Se desconoce desde cuándo se empezó a usar esta expresión, pero ha llegado a nuestros días con el significado conocido.

Créditos : Origen de las expresiones, Historia.

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10 respuestas a La edad del pavo

  1. Susana dijo:

    Parece una buena analogía. Un beso

  2. bisílaba dijo:

    Tiene su lógica el supuesto origen!
    Curioso.
    Abrazo, Jubi

  3. También puede ser porque los adolescentes tienden a ponerse rojos cuando son tímidos y los pavos también lo hacen… sin ser tímidos.

  4. Sara O. Durán dijo:

    Además de lo inquietos y ruidosos que son.
    Abrazos.

  5. Al pavo, pavito, pavo… Y a la pavita. El problema en la edad del pavo humana se acrecienta en la actualidad porque con once y doce años ya se entra en ella.

    • unjubilado dijo:

      -Una mirada…- Vamos evolucionado, no se si a mejor o a peor, antes a los once años, casi esperábamos que los reyes magos nos trajeran lo que habíamos soñado durante el año anterior, ahora con esa edad componemos obras musicales y/o debatimos de ciencia espacial con nuestros «vecinos» de la NASA, por supuesto con nuestro juguetico preferido en la mano, el móvil.

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