Calandra No me extraña, aunque en mi casa cuando vienen mi hijos, el uno deja el móvil apagado en la entrada y los demás cuando hemos terminado de comer en alguna ocasión dice a su pareja, me ha llamado fulanito, que si vamos esta tarde…
Laura. M En la mía no están prohibidos, pero cuando vienen mis hijos hay acuerdo tácito y no aparecen hasta que no hemos terminado de comer y tampoco siempre.
Un beso
Ya, vengo de comedida que soy… a alcanzarte la sal, aunque veo que hay muchos dispuestos a tender una mano! No parecía ocurrir eso en esa mesa… pero el padre ha tenido una salida, además de ocurrente, sumamente aleccionadora! Genial!
(vengo del blog de Ester a conocerte, y veo entradas muy interesantes por aquí)… Así que un verdadero gusto!
Saludos desde Uruguay:
Gaby*
Gaby* Gracias por alcanzarme la sal, y gracias por la visita y el comentario.
Hay cosas que nos saltamos por alto, como es este caso de convivencia en la mesa.
Saludos
Seguro que pasa así en muchos comedores. En fin !!
trimbolera Y especialmente en los almuerzos y comidas informales entre amigos.
A mí me costaría sacar mi Olympia, pues está en el fondo de un armario ropero con muchas cosas encima.
Senior citizen Yo máquina de escribir no tengo, pero se puede sustituir por puñetazos en la mesa «escribiendo» en código Morse.
Lo actual sería que el padre sacase su móvil ultima generación y hubiese mandado un Whasap pidiendo la sal.
Jesus Eso hubiera sido lo lógico, pero ante una persona que sigue escribiendo en una máquina de escribir mecánica, dudo que utilice un móvil moderno.
Debería habérselo pedido con un mensaje 🙂
Salud
Genín O por correo con carta certificada y acuse de recibo.
Saludos.
Si a esto llegaremos.
Calandra No me extraña, aunque en mi casa cuando vienen mi hijos, el uno deja el móvil apagado en la entrada y los demás cuando hemos terminado de comer en alguna ocasión dice a su pareja, me ha llamado fulanito, que si vamos esta tarde…
Bueniiiisimooo!!! En mi casa en la mesa están prohibidos
Un beso
Laura. M En la mía no están prohibidos, pero cuando vienen mis hijos hay acuerdo tácito y no aparecen hasta que no hemos terminado de comer y tampoco siempre.
Un beso
Ya, vengo de comedida que soy… a alcanzarte la sal, aunque veo que hay muchos dispuestos a tender una mano! No parecía ocurrir eso en esa mesa… pero el padre ha tenido una salida, además de ocurrente, sumamente aleccionadora! Genial!
(vengo del blog de Ester a conocerte, y veo entradas muy interesantes por aquí)… Así que un verdadero gusto!
Saludos desde Uruguay:
Gaby*
Gaby* Gracias por alcanzarme la sal, y gracias por la visita y el comentario.
Hay cosas que nos saltamos por alto, como es este caso de convivencia en la mesa.
Saludos