Leyenda de la Araucaria

Araucaria araucanaAraucaria : Árbol de la familia de las abietáceas, que crece hasta 50 m de altura, especie endémica de los bosques subantárticos de América del Sur, siendo su fruto, el piñón.

Hecho este inciso, voy con la leyenda mapuche : Desde siempre Nguenechén (Dios de los mapuches) hizo crecer el pehuén en grandes bosques, pero al principio las tribus que habitaban esas tierras no comían los piñones porque creían que eran venenosos.

Al pehuén o araucaria lo consideraban árbol sagrado y lo veneraban rezando a su sombra, ofreciéndole regalos: carne, sangre, humo, y hasta conversaban con él y le confesaban sus malas acciones. Los frutos los dejaban en el piso sin utilizarlos.

Pero ocurrió que en toda la comarca hubo unos años de gran escasez de alimentos y pasaban mucha hambre, muriendo especialmente niños y ancianos. Ante esta situación los jóvenes marcharon lejos en busca de comestibles: bulbos de amancay, hierbas, bayas, raíces y carne de animales silvestres. Pero todos volvían con las manos vacías, pareciendo que Dios no escuchaba el clamor de su pueblo y la gente se seguía muriendo de hambre.

Pero Nguenechén no los abandonó, y sucedió que cuando uno de los jóvenes volvía desalentado se encontró con un anciano de larga barba blanca. Volvía hambriento y azulado por el frío, con las manos vacías y la vergüenza de no haber encontrado nada para llevar a casa cuando, después de una loma, un viejo desconocido con una larga barba blanca se le puso al lado.

Caminaron juntos un buen rato, mientras el muchacho le contaba de su tribu, de sus hermanitos, de los enfermos y de todos aquellos que tal vez ya no volvería a ver cuando llegara. El joven le contaba del hambre que estaba sufriendo su pueblo.

El anciano lo miró con extrañeza y le preguntó:

– ¿Acaso no son comestibles todos los piñones que están bajo los pehuenes? Cuando caen del pehuén ya están maduros. Juntando un poco se podría alimentar a una familia entera.

Piñones– Los frutos del árbol sagrado son venenosos y Nguenechen (el creador del mundo) prohíbe comerlos. Además, son muy duros – contestó el joven.

– Hijo, a partir de hoy recibirán ese alimento como un regalo de Nguenechen.

Entonces, el viejo le explicó que a los piñones había que hervirlos en mucha agua o tostarlos al fuego, y que en invierno había que enterrarlos para preservarlos de las heladas. Y apenas terminó de darle las indicaciones, desapareció.

El muchacho siguió su camino pensando en lo que había escuchado. No bien entró en el bosque, buscó los piñones bajo los árboles. Todos los frutos que encontró, los guardó en su manto. Al llegar a la tribu, contó las instrucciones del viejo. El cacique escuchó atentamente, se quedó un rato en silencio y finalmente dijo:

– Nguenechen ha bajado a la tierra para salvarnos.

Enseguida comieron en abundancia piñones hervidos o tostados, haciendo una gran fiesta. Desde entonces desapareció la escasez y todos los años cosechaban grandes cantidades de piñones que guardaban bajo tierra y se mantenían frescos durante mucho tiempo. Aprendieron también a fabricar con los piñones el chahuí, bebida fermentada.

Cada día, al amanecer, con un piñón en la mano o una ramita de pehuén, rezan mirando al sol: «A ti de debemos nuestra vida y te rogamos a ti, el grande, a ti nuestro padre, que no dejes morir a los pehuenes. Deben propagarse como se propagan nuestros descendientes, cuya vida te pertenece, como te pertenecen los árboles sagrados«.

Créditos : Patagonia argentina, América del Sur.

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15 respuestas a Leyenda de la Araucaria

  1. Maria Jesus Ruiz Alonso dijo:

    Me gusto, Gracias por compatir
    un abrazo

  2. Ester dijo:

    Una bonita leyenda, los dioses no abandonan a su pueblo. Los piñones son riquísimos, muy caros pero muy buenos. Abrazos

    • unjubilado dijo:

      Ester Pero les cuesta darse cuenta de que su pueblo les necesita. Es que el precio es proporcional al trabajo que hay que realizar para quitarles la cáscara y mantenerlos en condiciones óptimas.
      Abrazos

  3. Vaya maldad tenía la divinidad de turno, que esperó a tener la tribu bien diezmada para explicarles el alimento que encontraría en esos frutos.

  4. Genín dijo:

    Esto me recuerda a la milagrosa patata que desde que se cultiva en Europa ha librado de muchas hambrunas, como las famosas que padecieron en Irlanda, por ejemplo… 🙂
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín Es distinto, pero la excesiva dependencia de las papas, y la mala suerte de que apareciera la plaga roya o mildiú de la patata, fue lo que provocó que en Irlanda fallecieran el 25% aproximadamente de la población.
      Saludos

  5. Piruja dijo:

    Hola, magnifica leyenda con una buena enseñanza, lo que hace la ignorancia y las sagradas costumbres, menos mal que se le apareció y le dio un poco de luz.

    Besos.

    • unjubilado dijo:

      Piruja Me gustan las leyendas que terminan bien, seguro que es una leyenda pero tiene visos de realidad seguro que alguien se dio cuenta y consiguió que los piñones se pudieran utilizar.
      Besos

  6. Hola Antonio. Ahora entiendo tu comentario.
    Un detalle, Nguenechén no es «El» dios mapuche, es uno de los dioses de ese pueblo. Que eran politeístas. Más allá de ese detalle el relato es interesante.
    Es como ese otro cuento mitológico de un pueblo perdido 40 años en un desierto y la facilidad que tienen las personas de fé para no ver en sus propias creencias los defectos que ellos también aceptan como parte de un dogma.

    Nos leemos,

    J.

    • unjubilado dijo:

      José A. García Antes de nada, me llamo Emilio pero puedes llamarme como quieras.
      Tienes razón en cuanto al dios Ngueneché, pero para hacerlo más fácil lo he publicado de esta manera.
      Saludos de Emilio (unjubilado)

      • Estaba seguro que había leído Antonio en algún sitio de blog…

        Te pido disculpas por el fallido, del cual seguramente Freud tendrá mucho para decir al respecto.

        Suerte Emilio, y perdón nuevamente.

        J.

  7. Es corriente en los pueblos primitivos que se achaque a los dioses tanto lo malo como lo bueno.

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