El hombre que no creía en la fiesta de Todos los Santos (Leyenda)

Halloween

Hoy Google nos va a inundar con imágenes de Halloween, así que por no quedar mal voy a dejar una de ellas, sin embargo como es una fiesta que no me gusta he buscado una leyenda en México, ya que en España dejé una no hace mucho, la de «El Monte de las Ánimas»

Ésta es la historia de un hombre que residía en Tampamolón, uno de los 58 municipios que constituyen el estado mexicano de San Luis Potosí, en la región Huasteca.

Región Huasteca

Era un hombre raro, pues no tenía muchos amigos. Vivía solo porque había evitado casarse o tener hijos; sus padres habían muerto tiempo atrás y sus hermanos habían emigrado a los Estados Unidos en calidad de «mojados».

Cuando se aproximaba la fiesta de Todos los Santos, siempre se ponía de muy mal humor. Año tras año, mientras los lugareños preparaban las ofrendas para los difuntos, arreglaban los altares e iban al cementerio, el hombre prefería encerrarse en su casa. Unos primos suyos le decían que era un deber participar en la fiesta y llevar ofrendas a las tumbas de sus ancestros, pero él se negaba porque no creía en esas cosas.

En cierta ocasión, toda la gente andaba muy atareada arreglando los altares y las ofrendas para colocarlas en el panteón al día siguiente, el 2 de noviembre, pero como las lluvias habían caído tardíamente, en esas fechas el hombre andaba cosechando el maíz de su milpa (Terreno dedicado al cultivo del maíz), por lo que le fue imposible encerrarse en su casa, como solía hacerlo.

Ese día salió a trabajar a su parcela antes del amanecer con la idea de no encontrarse a nadie que le diese la misma explicación sobre lo importante que era llevar una ofrenda a sus padres y abuelos en el cementerio. Asimismo, con ese propósito se quedó hasta muy tarde en la labor, y fue hasta el ocaso que regresó a su casa con toda calma.

Iba muy sigiloso por una vereda, cuando empezó a ver que mucha gente caminaba en fila por ese mismo rumbo; se escondió detrás del matorral para que nadie lo viera. Advirtió que todos iban muy contentos y que en sus manos llevaban ofrendas. Entonces, se dio cuenta que no eran personas, sino difuntos, pues reconoció a todos y a cada uno de ellos.

Cementerio del Père-Lachaise
Se puede ver más grande. Foto de unjubilado

Primero, unos viejitos que habían sido amigos de su familia; luego, unas muchachas que habían fallecido en un accidente; después, sus abuelos, y así continuó la hilera de puros conocidos que iban muy felices con sus ofrendas de regreso al mundo de los muertos. Al final pasaron sus padres; iban muy tristes porque no llevaban ninguna ofrenda.

La escena de haber visto las ánimas de sus padres tan tristes lo afligió mucho y, al percatarse de su error y egoísmo, fue corriendo a su casa a preparar una ofrenda. Pero ya era demasiado tarde: tendría que esperar todo un año para que los difuntos volvieran al mundo de los vivos. Entonces, se cuenta que fue tanta la angustia que este hombre sintió durante varios días, que se murió de tristeza.

Fuente : Homero Adame

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18 respuestas a El hombre que no creía en la fiesta de Todos los Santos (Leyenda)

  1. trimbolera dijo:

    Gracias por la leyenda. Estos día hay muchas luchas interiores y también de apariencia. En fin, que cada uno la viva según la sienta.

  2. Jesus dijo:

    Todos sabemos que el significado de «cementerio» es dormitorio, donde dormitan los cuerpos hasta la Resurrección de la Carne, y lleves las flores que lleves. no les veo demasiada utilidad, pero la fiesta de Difuntos la veo bien, pues para algunas personas es el único día que se acuerdan de sus familiares muertos, y dicen que, uno esta vivo mientras alguien le recuerde.

    • unjubilado dijo:

      Jesus Yo que quieres que te diga, como soy algo especial, prefiero dormitar en casa y si me puedo echar la siesta mucho mejor.
      La costumbre de las flores viene de lejos y era como consecuencia de velar al difunto durante varios días, el incienso y el olor de las flores camuflaban el hedor que se producía al cabo de un par de días. En la actualidad y en otras religiones existe la costumbre de llevarles frutas o arroz, para evitar que se conviertan en fantasmas o traigan mala suerte,

  3. Ligia dijo:

    Bonita leyenda, y por lo menos distinta a todo lo que circula por ahí en relación a Halloween. Abrazos

    • unjubilado dijo:

      Ligia Como nos dirán más abajo en el noroeste de la Península existe lo que se llama en algún caso la “Santa Compaña”, en otros güeste o güestia, también, A la «santa compaña», en León, se le llama ‘la Güeste’, un término que deriva de ‘Hostis antiqua’ (el ejército antiguo), y es también una espectral procesión que vaga por los campos para llevarse algún alma al más allá.

  4. Genín dijo:

    Esta leyenda la escribiría la asociación de floristerías o algo por el estilo, yo nunca he visto difuntos andando por ahí, con o sin ofrendas… 🙂
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín Yo tampoco he visto nunca una procesión de difuntos vivientes, sin embargo la utilización de las flores viene de tiempo antiguo, se la he dado de forma somera a Jesus.
      Saludos

  5. Frajayo dijo:

    Como estamos en la época, un 1º de noviembre de hace unos años, topé en el cementerio con una lápida muy rotunda en su expresión. Me dejó completamente descolocado; decía:

    Sobre mi tumba fría
    no dejeis flores,
    vana ilusión de un día
    son sus colores.
    Por caridad os pido, solo oraciones
    un recuerdo sencillo
    y mil perdones.

    • unjubilado dijo:

      Frajayo Este epitafio, me recuerda un soneto de Calderón de la Barca: A las flores
      Éstas que fueron pompa y alegría
      despertando al albor de la mañana,
      a la tarde serán lástima vana
      durmiendo en brazos de la noche fría.
      Este matiz que al cielo desafía,
      Iris listado de oro, nieve y grana,
      será escarmiento de la vida humana:
      ¡tanto se emprende en término de un día!
      A florecer las rosas madrugaron,
      y para envejecerse florecieron:
      cuna y sepulcro en un botón hallaron.
      Tales los hombres sus fortunas vieron:
      en un día nacieron y espiraron;
      que pasados los siglos, horas fueron.

  6. Chela dijo:

    Hoy ya nadie habla de ello, pero cuando yo era niña oí hablar mucho en las zonas rurales de Galicia, de la «Santa Compaña», difuntos que vagaban por la noche por caminos y senderos, o en los bosques, y que se aparecían a los vivos para pedirles algo, generalmente oraciones. Había muchas personas que aseveraban haberla visto. Hoy casi ni se menciona, pero sigue habiendo mucha «relación» afectiva en las costumbres, con los difuntos, conservándose muchos rituales antiguos.
    Un saludo.

  7. Yo voy con una cierta frecuencia al cementerio y, sin embargo, no voy en este día porque hay demasiada gente, así que lo dejo para unos días después que está más tranquilo y ahora lo que hago es ir a misa.

  8. Calandra dijo:

    En mi tierra esas procesiones de almas en pena se llaman güeste o güestia y son protagonistas también de numerosas leyendas.

    • unjubilado dijo:

      Calandra No lo sabía, pero al dejarle un enlace a Chela me he enterado de que existen varios nombres en España para denominar esas procesiones de almas y el significado que se le da en varios sitios.

  9. Laura. M dijo:

    No me gusta ir este día, voy cuando el recuerdo me lo pide. Mi madre y mis suegros están enterrados y mi padre lo tengo muy cerquita en la sierra, subimos mucho por allí y allí recordamos a los cuatro.
    Me ha gustado la leyenda Emilio.
    Un beso.

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