Cuento Hindú

leon-reflejoEn una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas claras para calmar su sed y, al acercarse, vio su rostro reflejado en ellas y pensó : -¡Dios!, este lago debe ser de este león. Tengo que tener mucho cuidado con él. Retrocedió.

Unos minutos después volvió a intentarlo y al verlo “otra vez”, abrió las fauces amenazadoramente, pero comprobó que el otro “león” hacía lo mismo. Entonces sintió terror y salió corriendo, pero… ¡la sed le devoraba!

Regresó nuevamente y otra vez se repitió la imagen amenazadora.
Atemorizado, se retiró de las aguas.
Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre huía espantado.
Pero tenía tanta… tanta sed que no pudo aguantar y regresó a las mismas. Allí estaba otra vez “el león” ¿Qué hacer? No había otro lago cercano.

Y como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediese.

Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas… ¡el “león enemigo” había desaparecido!

El Maestro dice : “Muchos de nuestros temores son imaginarios. Sólo cuando los enfrentamos, desaparecen. No dejemos que nuestra imaginación descontrolada usurpe el lugar de la realidad ni nos perdamos en las creaciones y reflejos de nuestra propia mente”.

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18 respuestas a Cuento Hindú

  1. Ligia dijo:

    Es verdad lo que dice la historia. Hay que enfrentarse a los miedos, pero ese momento decisivo de hacer una cosa u otra es muy duro porque desconocemos las consecuencias. Abrazos

    • unjubilado dijo:

      Ligia Efectivamente ese es el problema, esos miedos nos afectan en muchas situaciones de nuestra vida, con la empresa, con la familia, amigos, situaciones en las que tenemos que decidir sin saber lógicamente el resultado. Lo importante es estar seguros de elegir lo que queremos y sentimos.
      Un abrazo

  2. Jesus dijo:

    En principio tiene razón el maestro, pero la verdad es que si yo me acacho a beber en la orilla y veo la imagen de un león con las fauces abiertas, me quedo sin beber.

    • unjubilado dijo:

      Jesus Tu ya te has decidido y seguramente habrás acertado, y de momento has indagado tus posibilidades, así que beberás de ese agua (en sentido figurado claro).

  3. Genín dijo:

    Muy bonita la historia y muy cierta la moraleja, lo que pasa que escogieron un león gilipollas, de lo contrario no habría cuento, claro 🙂
    Salud

  4. Calandra dijo:

    Bonita explicación para vencer a los miedos pero en la realidad la cosa no es tan fácil.

    • unjubilado dijo:

      Calandra Efectivamente no es tan fácil, pero en algún momento debemos de enfrentarnos a ellos y por supuesto no siempre nos salen bien las cosas, pero opino que en la mayoría de los casos tenemos que tomar una decisión con respecto a ellos.

  5. Tawaki dijo:

    Si hubiese intentado hacerse amigo del otro león habría descubierto que le sonreía.

  6. Francisco dijo:

    Realmente uno como hombre si ve uno a un león, obviamente que hay una diferencia tal en fuerzas que lo considera como que esta uno en desventaja(si la perspectiva es de problemas o incapacidades). Ahora bien, si uno de nosotros se acerca a tomar agua, el reflejo es de nosotros mismos, y la fuerza esta equilibrada, lo que debemos ver siempre es a nosotros mismos, y no ver a un león.
    Pienso que lo que debemos enfrentar es a nosotros mismos eso en ocasiones nos resulta muy dificultoso, porque en ocasiones nos medimos mas por nuestros fracasos que son menos, que por nuestros triunfos. Solo que debemos de recordar que el entendimiento del hombre, puede resolver los problemas del propio reflejo del hombre, aunque nuestros ojos vean el reflejo de un león; somos seres tan visuales que las apariencias engañan nuestras verdaderas facultades, debemos abrir los ojos de la mente los cuales deben tener un gran reflejo de nosotros mismos, de nuestra capacidad y eso se llama autoestima.
    El otro punto de vista que puede resultar engañoso es que si yo me veo reflejado en el agua como león puede ser que mi autoestima este tan alta y que también no refleja mi realidad, en este caso no lo veo como problema, sino como una imagen de fuerza superior, si es así, hace tanto daño el ver a un león, como el ver a un ratón. De cualquier forma es una hermosa historia y tiene mucha enseñanza. Saludos.

    • unjubilado dijo:

      Francisco Si uno de nosotros ve un león echa a correr para alejarse lo más rápido de el. En cuanto a mirarse en un espejo y verse reflejado como un león virtual, puede llegar a pensar que se va a comer el mundo y dependiendo de las metas que se proponga, por mucha autoestima que tenga, se puede dar el gran batacazo.
      Saludos

  7. Nélida dijo:

    Interesante moraleja.
    No sólo temores que no se materializan sino la valentía para no paralizarse ni echarse atrás.

    Abrazo, Jubi.

    • unjubilado dijo:

      Nélida No a todos les pasa, pero si se superan los miedos, siempre que se hayan analizado los pros y los contra tienen ya ganada una batalla.
      Un abrazo.

  8. Lea dijo:

    Hola, interesante moraleja, solo basta con armarnos de valor y el miedo huira. Que en realidad a muchos de nosotros el miedo nos ha bloqueado por mucho tiempo, pero si la necesidad es grande hay que armarnos de valor para vencer.
    Saludos.

    • unjubilado dijo:

      Lea Hay muchos tipos de miedo que a lo largo de nuestras vidas nos afligen, por muchas y variadas razones, miedo a la oscuridad, a nuestra primera cita, a la finalización de los estudios, a nuestro primer trabajo, a nuestro cambio de categoría, a nuestra jubilación…
      Algunos somos capaces de superarlos sin problemas, otros no tenemos más remedio que enfrentarnos a ellos y aún quedan con los que no nos atrevemos y más tarde nos preguntaremos ¿Qué hubiera ocurrido si…?
      Saludos, gracias por la visita y el comentario.

  9. … y cómo debió “fardar” después entre el resto de leones. “Cagaíto de miedo he dejao al león que vive en el agua“.

    • unjubilado dijo:

      Una mirada… Normal, aunque la hembra que tiene al lado ya lo sabía y le deja que se “pelee” con su otro yo. Igualico, que el Jubi con su contestatario otro yo, que le puse nombre pero se me perdió.

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