Ahogados en cerveza

El día que corrió tanta cerveza por las calles de Londres que murieron 8 personas ahogadas.

Ahogados en cerveza

Horse Shoe Brewery, Londres, c. 1800

Para entender lo que ocurrió aquel fatídico día lunes 17 de octubre de 1814 hay que remontarse algunos años antes. En 1810, la cervecería Meux and Company había instalado un tanque de fermentación de madera de varios metros de altura en sus instalaciones. Este medía casi siete metros de altura y estaba reforzado con ochenta toneladas de aros de hierro, para evitar algún desastre. Cuestión que no funcionó y, por el contrario, ocasionó una de las tragedias más recordadas de Inglaterra. Estos tanques lucían exuberantes de cara al público y, lo más importante de todo, la enorme cuba contenía el equivalente a más de 3.500 barriles[*] de cerveza.

La mañana del día 17 había comenzado con normalidad en la extensa fábrica de cerveza de Henry Meux and Co. La fábrica se fundó a principios del reinado del rey Jorge III y era famosa porque producía más de 100.000 barriles cada año.

Sin embargo, algo se torció a última hora de la tarde, cuando un empleado del almacén inspeccionó una de las gigantescas tinas de madera rodeada de los pesados ​​aros de hierro en las que fermentaba la cerveza negra. Mientras observaba hacia abajo desde su posición elevada, el empleado notó que un aro de gran tonelaje se había resbalado de un enorme barril que almacenaba un lote de cerveza negra de 10 meses.

Ahogados en cerveza
El trabajador dio cuenta del fallo al jefe de turno, pero este no le dio más importancia y le dijo que ya lo arreglarían en cuanto tuvieran tiempo.

Una hora más tarde, el tanque cedió, liberando la cerveza fermentada caliente con tal fuerza que la pared trasera de la cervecería se derrumbó por completo. Fue tal la potencia con la que salió disparada que también abrió varias tinas más, agregando su contenido a la inundación que rápidamente pasó a la calle.

Litros y litros de cerveza que fueron arrojados al área de St Giles Rookery, entonces un área londinense caracterizada por la alta densidad de viviendas precarias y habitadas por gente con pocos recursos económicos.

En cualquier caso, en muy poco tiempo la situación dio un vuelco. La cerveza seguía inundando todo a su paso, derrumbando paredes de ladrillos y accediendo, por ejemplo, al sótano contiguo donde estaba teniendo lugar el velatorio de un niño irlandés.

Otras personas afectadas lograron sobrevivir escalando los techos de su vivienda, parándose sobre los muebles o de milagro, ya que había logrado escapar del paso de la fuerte corriente.

De repente, me vi arrastrado a gran velocidad por un torrente que se abalanzó sobre mí tan repentinamente que casi me dejó sin aliento”, escribió un estadounidense anónimo en un relato publicado unos 20 años después en ‘The Knickerbocker’.

La cervecería fue perseguida posteriormente por la justicia por este accidente, pero la catástrofe fue considerada por el tribunal como un caso fortuito y no hubo responsables.

La empresa experimentó dificultades para hacer frente a las consecuencias financieras del accidente, que hizo entrar a la entidad en pérdidas, agravadas por el hecho de que ya se habían pagado los impuestos correspondientes a la cerveza perdida. Por eso pidió al parlamento el reembolso del impuesto pagado, y lo obtuvo,​ lo que permitió que la cervecería siguiera en activo.

Todos los que estaban en la cervecería sobrevivieron, aunque tres trabajadores tuvieron que ser rescatados de entre los escombros; el superintendente y uno de los trabajadores fueron llevados al Hospital de Middlesex , junto con otros tres.

Más tarde surgieron historias de cientos de personas recogiendo la cerveza, borracheras masivas y una muerte por intoxicación alcohólica unos días después. El historiador cervecero Martyn Cornell afirma que los periódicos de la época no hacían referencia al jolgorio ni a la muerte posterior; en cambio, los periódicos informaron que las multitudes se portaron bien. Cornell señala que a la prensa popular de la época no le gustaba la población inmigrante irlandesa que vivía en St Giles, por lo que si hubiera habido alguna mala conducta, se habría denunciado.

Como consecuencia del accidente, la cervecería fue demolida en 1922. Parte de sus terrenos los ocupa hoy en día el Dominion Theatre.

[*] 1 barril equivale a 50 litros.

Fuentes consultadas : Gizmondo, Wikipedia (en inglés) y El Tiempo.

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10 respuestas a Ahogados en cerveza

  1. bisílaba dijo:

    Eso sí que fue una borrachera colectiva!
    Todo un argumento para una novela.
    Feliz semana, Jubi

    • unjubilado dijo:

      -bisílaba- Por supuesto, son elucubraciones, pero ¿no podría ser que ya hayan iniciado la novela en varias ocasiones y nunca la han terminado por borrachera colectiva del autor, agente literario, editor, corrector, lector profesional, corrector, maquetador, ilustrador?…
      Feliz semana.

  2. Susana dijo:

    Si no fuera por los muertos tendría su gracia. Un beso

  3. El pringue y el olor estarían presentes en el ambiente tiempos y tiempos. Como para sentir repugnancia por el brebaje hasta los más cerveceros.

    • unjubilado dijo:

      -Una mirada…- Del olor tengo una experiencia muy negativa, hasta hará unos 15 ó 20 años, no soportaba el olor a anís, ya se que huele mucho más que el de la cerveza, sin embargo es un olor dulzón casi agradable. Me habían comentado mis padres que de bebé con menos de dos años, un tío mio en Bailo, cuando lloraba y solamente estaba el para cuidarme, me mojaba el chupete en anís y por lo visto me encantaba, pero debía de coger unas borracheras que nada más probarlo me quedaba dormido. De ahí que de mayor no me pudiera arrimar a una persona que estuviera con una copa de anís en la mano, el olor me repelía.

  4. En alguna ocasión ha ocurrido lo mismo con depósitos de grano, de trigo, maíz, etc.

  5. Tawaki dijo:

    La cantidad de veces que habré pasado frente al Dominion Theatre sin saber lo que había pasado allí. Londres no deja de sorprenderme.

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