Resinero, un oficio del siglo pasado que vuelve a sonar por Aragón.
Resinero es una profesión que estuvo a punto de desaparecer y que con la crisis y el aumento de los precios empieza a popularizarse. Pero vayamos por partes.
La resina es una secreción orgánica que producen muchas plantas, particularmente los árboles del tipo conífera. Es muy valorada por sus propiedades químicas y sus usos asociados, como por ejemplo la producción de barnices, adhesivos y aditivos alimenticios. También es un constituyente habitual de perfumes o incienso.
En muchos países, entre ellos España, es frecuente referirse a la «resina» como «resina de pino» ya que esta conífera es su principal fuente.
El oficio de resinero era muy común entre los pueblos de montaña durante gran parte del siglo pasado. De los extensos pinares se extraía la resina que era vendida a buen precio en el mercado, puesto que su utilización en la industria era muy variada. Las nuevas técnicas de producción, y los nuevos materiales han relegado este oficio al olvido.
En Segovia, Albacete, Guadalajara, ya se está consolidando este nuevo, aunque antiguo oficio, en esta última población una treintena de personas han participado en el tercer curso de la Diputación de Guadalajara, una iniciativa de la que ya han salido una decena de emprendedores.
En Aragón: Bajo la inspiración que proporciona este lema varios pueblos de Teruel han comenzado a dar los primeros pasos para recuperar la actividad resinera en la zona. Un oficio que ocupó una papel fundamental hace más de 50 años en la Sierra de Albarracín, y que ahora se busca rescatar del olvido para generar empleo en la lisiada economía rural turolense.
Con esta idea, los municipios de Bezas, Rubiales, Tormón y el Ayuntamiento de Albarracín participarán a partir del mes que viene en un estudio impulsado por el Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de la Diputación de Teruel, la Famcp, y la DGA que evaluará la viabilidad de resucitar la resinación en la zona.
Segovia, el espejo de Albarracín : La resinación estaba abocada a ser únicamente un recuerdo en los museos etnográficos hasta que el pueblo de Coca, en Segovia, se puso manos a la obra. Viendo como el precio de la resina traída de China -productor del 80% de la resina mundial hasta hace unos años- comenzaba a subir debido al aumento del nivel de vida en el país asiático, el alcalde de Coca, Juan Carlos Álvarez, se lanzó a recuperar la resinación hace algo más de un lustro. Cinco años más tarde, el número de trabajadores dedicados a este sector se ha incrementado en un 225%, exportándose el modelo caucense al resto de Castilla y León para dar trabajo a más de 600 parados.
Tras este impulso, España consiguió producir en 2012 un total de 6.500 toneladas de resina, cifra que pese al incremento, sigue suponiendo aún una ínfima parte de las 30.000 que cada año requiere la industria de nuestro país. «Creemos que hay mercado para la resina nacional», explica Archilaga, que justifica su intuición haciendo referencia a la subida del precio de este material en China y Brasil y a la mejor calidad de la resina nacional.
Más de 150.000 pinos tienen la culpa. Pero antes de empezar a extraer resina, los pueblos interesados y la DGA han desarrollado un calendario de pruebas y estudios que tiene como objetivo dilucidar la viabilidad del plan. La cifra es clara. Si de cada pino se consigue extraer un mínimo de dos litros y medio de resina al año -el litro se paga en la actualidad a un euro, y las previsiones apuntan al alza- la actividad es viable.
«Se van a hacer prospecciones en 500 pinos cercanos a cada localidad», señala Emilio Pérez, ingeniero del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Teruel, que calcula que en el entorno de estos pueblos se pueden contabilizar más de 150.000 pinos explotables.
«Los pinos podrían dar hasta 4 litros, pero es bueno asegurarse», comenta Pérez, quien señala que el primer paso del plan se dará en apenas dos semanas, con el envío de dos técnicos a la explotaciones Segovianas para que aprendan los nuevos usos de un oficio que, a punto de caer en el olvido, puede estar cerca de volver para dar vida a toda una comarca.
Fuentes consultadas :
Wikipedia
Heraldo de Aragón
Antena 3
Heraldo Teruel
Toda idea que pueda aliviar el paro en las familias sea bienvenida. Recuerdo que teniamos unos almendros que generaban unos bultos como de goma, que los ponía en un bote con agua, resultando una especie de cola que utilizaba a veces para pegar cromos, tambien recuerdo que hacía una peste horrible.
Jesus A tiempos nuevos, ideas nuevas, o cuando menos remozadas.
Creo que esos bultos en los almendros y en otro tipo de árboles frutales se llama gomosis, y es la aparición de resina o savia del propio árbol, si es poca no tiene mayor importancia pero suele ser preámbulo de algún tipo de enfermedad.
La imagen que nos ofrece es algo parecido a esto.
De pequeña me fascinaban esas bolitas de color ocre, brillantes. Siempre las tocaba y siempre me quedaban los dedos pegajosos.
Un saludo.
Magda Yo también he jugado con esas bolas una vez secas y recuerdo que como pelota no se podían utilizar ya que botaban excesivamente y al no estar bien redondeadas salían disparadas hacia el sitio que menos te imaginabas.
En la actualidad cuando cortamos alguna rama baja de cuatro pinos que hay en nuestra parcela en Broto, te llenas de resina las manos y la ropa como te descuides.
Un saludo
En la provincia de Granada no ha dejado de extraerse la resina hasta hace poco a causa de los incendios forestales, pero ahora se está recobrando y hasta se celebran unas jornadas organizadas por la Junta de Andalucía.
Senior citizen Yo recuerdo esto artilugios en bosques de pinos en los alrededores de Zaragoza, incluso cuando íbamos a por níscalos o rovellones. Pero hace mucho que no veo ninguno. Esperemos que los pinos y los resineros se pongan de acuerdo para extraer la mayor cantidad posible de resina sin agotarlos.
Volver a los oficios olvidados tiene su encanto. Hay tradiciones que no deberían perderse.
Aunque claro, lo práctico y los avances son buenos y hay que aprovecharlos.
Me alegran dos cosas de este post; el que vuelva una profesión olvidada y en desuso, y el que sirva para crean empleo nuevo. Eso es lo más importante.
Abrazo.
Nélida Me alegro más por que se pueda crear empleo, ya que seguro que más adelante se consigue mayor producción, con algún invento inesperado o con resinas sintéticas.
Hace tiempo publiqué un artículo un poco en clave de humor que titulaba «Profesión perdida (Afilador callejero)» aunque últimamente veo muy de tarde en tarde uno que aparece por nuestra urbanización.
Sin embargo la mayoría nos apañamos como podemos.
Un abrazo.
Hay muchos oficios que están volviendo y deberían de facilitarlos, habría muchos más familiares sino pusieran tantas pegas. Hace años se me ocurrió hacer paté (que me sale muy bueno) y venderlo aquí, me asustaron con las normativas desproporcionadas y todo quedó en una risa, pero es que era de risa de la de no poderlo creer . Ahora ya no hago ni para mi, pero entonces me hubiera hecho ilusión.
trimbolera Acabo de ver la normativa para preparar y controlar alimentos, mejor que te olvides, ya que seguro que perdías dinero.
No sabía que había dejado de extraerse, cuando voy por el campo (bosque) veo bolsitas colgadas de los árboles. Pero si se se ha decidido hacerlo a lo grande me parece estupendo, la resina que no se extrae se pierde. Hoy me puedo acostar varias veces porque he aprendido un monton de cosas. Abazos
Ester Yo hace mucho que no veo esas vasijas en las que goteaba la resina, quizá en plan casero y para algo en concreto se utilice todavía.
Abrazos.
Es que la necesidad obliga, no me extrañaría que el Inem diera cursos de «palanganero» 🙂
Salud
Genín Esa profesión, creo que no es del agrado de nadie, pero otras aunque sea a una escala pequeña es preferible, si con ello se obtiene algún tipo de beneficio y dar de comer a unas cuantas familias.
Saludos
Con las nuevas cosas se apartan las autenticas, pero se volvera como sigamos asi
CHUS
mjesus Hace años se dedicaban bastantes familias a esta profesión en el campo, pero se abandonó por no ser rentable, es posible que ahora, si los pinos dan suficiente resina se vuelva a ella y dé de comer a unas cuantas familias.
Un abrazo
Me parece bien que se recupere este oficio pero habrá que mentalizar a la gente en algo que parece ignorar, la conservación de los bosques, ya que no habrá resina ni resineros mientras los incendios sigan devorando los bosques año tras año.
Calandra Serán los propios resineros los que procurarán que el bosque de coníferas se encuentre limpio y si observan algún desmán, -barbacoas incontroladas, por ejemplo-, serán los primeros que sin marcharse de ahí avisarán a la G.C.
Aunque efectivamente, en primavera, verano y otoño deberíamos de concienciarnos todos del peligro que entraña en un monte encender una cerilla aunque sea para fumarse un cigarrillo.
Saludos desde el Estado de México.
Te agradezco la información que das sobre “Resinero” había visto algunos árboles con unos cortes y al preguntar sobre ellos me decían que anteriormente se mercaba mucho la resina, pero que al paso del tiempo se dejo.
Lo que nunca me supieron decir es para que se utilizaba la resina y como la obtenían y gracias a tu blog ahora lo conozco. Espero seguir visitándolo ya que tienes artículos muy interesantes y en hora buena.
Alberto Me alegro que te haya resultado interesante esta entrada y te haya aclarado algún concepto.
Gracias a ti por visitar este blog y por supuesto por tu comentario.
Un saludo.