Domingo de Ramos

Jesús entrando en Jerusalén

Llueven las palmas y los olivos
cubriendo el suelo completo
bajo el andar de un burrito
que a pesar de los gritos
avanza, dispuesto.

La mirada de su jinete,
mansa y penetrante,
conoce a quienes le cantan
vivas y alabanzas
con glorias exuberantes.

Más conoce también
lo que habita en sus corazones
sabe de la traición,
sabe a crucifixión,
más no busca razones.

Sabe, muy dentro de sí,
por ser Dios, por ser tal,
que ha de entregarse inocente
para salvar a toda la gente
y no les desea ningún mal.

Quizás lo más difícil
no fue ser Dios o persona,
sino ser la transición
que no admitía tribulación
para ser cordero que perdona.

Quizás lo más difícil
fue saber lo que iba a pasar
y que siglos después
aunque estemos a sus pies
muchos lo habrían de rechazar.

Pero aún así
burrito y jinete prosiguen
acercándose hacia el destino
que no tiene otro camino,
cruz de amor la que persigue.

Y aquel santo morirá
y sangrará por la humanidad,
cada clavo martillado,
cada miembro mutilado
será sol en la oscuridad.

Por eso, burrito y jinete
se adentran en mansa entrega,
conocen la sangre por correr
pero conocen el final también,
y la resurrección espera.

Cuando haya alcanzado al Padre
volverá con su gloria original,
con corona de rey,
con poder sobre el universo,
y con la misma humildad…

Arre burrito, lleva a Jesús
a morir por nosotros,
a morir en la cruz
para que esta Pascua una vez más
renazcamos con Él a una vida de paz.

Poeta: Alma al aire (Seudónimo)

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10 respuestas a Domingo de Ramos

  1. Decíamos de niñas: Domingo de Ramos, la que no estrena no tiene manos… Y teníamos que estrenar algo, aunque fuera un pañuelo de sonarnos la nariz.

  2. Susana dijo:

    Gracias por el bonito poema. Un beso

  3. Laura.M dijo:

    Como bien comentas muy real para los cristianos.
    Buen domingo Emilio.
    Un abrazo.

  4. En mi pueblo no solo se estrenaba ropa sino que las madres vestían ya de primavera a sus criaturas y no había vuelta atrás, de tal manera que, cuando bajaban a Huesca a la procesión del viernes (o jueves, no recuerdo) santo, que solía hacer frío, las niñas y niños volvían ateridos.

  5. Sigo la tradición, los recuerdos de la niñez y juventud no se olvidan y los añado a cuando tuvimos hijos y fueron creciendo, ahora somos abuelos y sumamos, y que sea por muchos años más.

    La poesía es una joya y muy emotiva…

    Feliz Semana Santa

    ¡GRACIAS!!!!

    Abrazos

    • unjubilado dijo:

      -Mari Carmen Franconetti- Tengo muy mala memoria, por ello quizás no recuerdo si mi hermana y yo recibíamos algún regalo en este día tan especial.
      También pudiera ser que la economía familiar no era muy boyante en aquellos años de nuestra niñez.
      Abrazos

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