Las andanzas de un estudiante de vacaciones VI

Viene de la visita al pueblo de Bailo.

Corría aproximadamente el año 1954, digo corría, pero no así las fuentes ni los manantiales en Bailo, tanto es así que hasta el pozo casi se había secado, imposible lavar la ropa en el lavadero municipal que se encontraba en las afueras del pueblo. Así que dos casas la del Herrero y la de Chilón, se juntaron con toda la ropa que había que lavar y tras pedir prestado un carro a otra casa se decidieron a ir a lavar todas las prendas sucias a Puente La Reina de Jaca en el río Aragón. Se encuentra a unos 7 Km por carretera.

El puente sobre el río Aragón en fuerte estiaje
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El puente sobre el río Aragón en año de gran sequía. Foto de Wikipedia de J.L.Piedrafita


Aunque los recuerdos son borrosos se que aquel año no corría agua nada más que por debajo de una de las arcadas de este puente, así que las mujeres tuvieron que lavar la ropa en el centro del rio, mientras que mi padre era el único hombre que iba con ellas les ayudaba en lo que le decían, mientras que yo con una edad de unos 9 años correteaba por el cauce prácticamente seco del río.

Comimos en el centro del río y cuando ya se estaba terminando de lavar toda la ropa, en el horizonte aparecieron unos nubarrones negros que oscurecieron el ambiente como boca de lobo, mi padre no hacía nada más que mirar las nubes ya que de vez en cuando se veía un relámpago y se escuchaba un trueno aislado, así estuvimos un cuarto de hora aproximadamente, mientras que les metía prisa y no hacía nada más que decir que recogieran todo.

Mujeres lavando ropa en el río

Mujeres lavando en el río en Herrera de Pisuerga, 1940. Archivo Histórico Provincial de Palencia

Ellas a lo suyo, no hacían ni puñetero caso, hasta que mi progenitor realmente enfadado, les cogió la ropa que tenían en dos capazos y se la llevó con el, subiendo a la carretera, las mujeres evidentemente no pudieron hacer nada más, así que le tuvieron que seguir.

Cuando estábamos todos arriba, a lo lejos se oyó una especie de bramido y en menos de un minuto el agua que solamente bajaba por una de las arcadas, empezó a cubrir y pasar por todas ellas, me imagino que en algún sitio con los troncos y ramas secas se había formado un dique y al reventar bajó el agua de golpe. (En el Pirineo, las tormentas son de temer, yo he visto en Broto en un día completamente despejado aparecer unos nubarrones en el horizonte y en menos de un cuarto de hora «caer chuzos de punta» (lloviendo con mucha intensidad))

No se nos llevó a todos el río gracias a la insistencia de mi padre.

Como no se me llevó el río, seguiré en «La trilla»

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20 respuestas a Las andanzas de un estudiante de vacaciones VI

  1. Ligia dijo:

    Menos mal que no se te llevó el río… Abrazos

  2. Pues os librásteis por un pelo… y por tu padre.

  3. Ester dijo:

    Sequía como ahora, pero una tormenta de las de antes, tu padre estuvo hábil, supongo que las mujeres quedaron agradecidas. Un abrazo

    • unjubilado dijo:

      Ester Una tormenta muy similar pero con un final terriblemente trágico ocurrió el 7 de agosto de 1996, cuando una crecida extraordinaria y súbita del Torrente de Arás arrasó el camping Las Nieves en Biescas. Y esta no nos cogió por mi cabezonería. Subíamos a Broto y empezó a llover como si no hubiera caído agua en la vida, mi mujer me insistió que paráramos y nos metiéramos a tomar un café al camping las Nieves, hasta que pasara la tormenta, le dije que no, que el agua nos podía cortar la carretera en algún sitio…
      Abrazos

  4. Maria Jesus Ruiz Alonso dijo:

    Gracias a tu padre, y seguramente a lo años, el rio no te llevo
    Aqui en Alicante, dicen que el sol pasa el invierno, pero como diga de llover, puedes tener miedo
    un abrazo

  5. Sara O. Durán dijo:

    Buen susto ver esa crecida de río. Es que la naturaleza es imponente y muy sorpresiva.
    Lo que tu padre estaba viendo llegar.
    Besos.

    • unjubilado dijo:

      Sara O. Durán Mi padre tenía un sexto sentido para las tormentas ya que había nacido allí y había vivido por aquella zona hasta casi los 30 años, por lo que conocía como se desarrollaban y descargaban. A los agricultores y ganadores les ocurre a casi todos lo mismo.
      Besos

  6. Calandra dijo:

    En la foto mucho puente para poco río, pero ya se ve que de pronto puede que el río aumente casi sin avisar.

    • unjubilado dijo:

      Calandra Efectivamente esa es la impresión que da, que es demasiado para la poca agua que suele llevar la mayoría de veranos. Me imagino que ahora ofrecerá una imagen muy parecida.

  7. jesus dijo:

    Es que con Franco, cuando llovía, llovía.

    • unjubilado dijo:

      jesus Y cuando nevaba, nevaba mucho más. ¿Te refieres a Franco, celador, conductor de Telefónica que le cogió una gran nevada en medio del puerto de Cotefablo y tuvo que quedarse allí toda la noche con el camión de la empresa, hasta que al día siguiente tuvieron que ir a rescatarlo ya que no podía ir ni hacia adelante ni hacia atrás?
      Las pasó canutas, entonces no había móviles y como no llegó a su destino al día siguiente con una mala quitanieves tuvieron que ir a rescatarlo. Nunca jamás volvió a ir por el puerto de Cotefablo con su coche, ni con nadie, por lo visto la experiencia fue de lo más traumático.

  8. Genín dijo:

    Menudo instinto fino el de tu padre… 🙂
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín En la montaña, este instinto lo tienen la mayoría, incluso en mi caso en Broto ya en ocasiones los vecinos me preguntan si va a llover cuando ven que se nubla. Y es que hay unos síntomas de si vas observando a lo largo del tiempo aprendes esos pequeños matices que hacen que aciertes en muchas ocasiones.
      Saludos

  9. Tu padre demostró la previsora sensatez de quien reconoce los estallidos de la Naturaleza, siempre cambiante en funcion de la meteorología.
    Hay incluso barrancos cuyos lechos sirven, habitualemnte, de senderos y que, con una buena tormenta, se convierten, en segundos, en feroces avenidas capaces de arrastrar grandes árboles.

    • unjubilado dijo:

      Una mirada… Mi padre era montañés y por ser un segundón, se recorrió bastantes pueblos en busca de trabajo, al final tuvo suerte y en Madrid, ingresó en Telefónica. Por ello conocía bien el peligro que en ocasiones conllevan las tormentas en ríos y barrancos.

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