La escoba del diablo (Leyenda)

Ventisquero de Sierra Nevada.

Ventisquero de Sierra Nevada. Pulsar con cuidado, no se nos venga el vestisquero encima.

Como me imagino que habrá mas de uno/a que se empezará a aburrir con las leyendas de Aragón, voy a empezar a diversificarme y en este caso voy a viajar hasta Andalucía, en concreto hasta Sierra Navada, por lo que esta entrada se la dedico a Senior citizen.

La escoba del diablo
Sin indicaciones temporales en la historia no se puede enclavar dentro de ningún periodo, pero según cuenta la leyenda…

En un paraje muy escabroso de Sierra Nevada, y sobre cierta eminencia que domina toda la cuenca del Genil, se alzaba el castillo roquero de Guarnón, cuyo señor, un conde feroz y sanguinario, distraía sus ocios apaleando labriegos en el bosque, o violando villanas en los cortijos sometidos a su jurisdicción feudad.

Enfrente del castillo en humilde cabaña construida con paja de centeno, vivía una bellísima joven rubia y sonrosada, a la que cantaba amores con bien templada voz, un pastorcillo de las cercanías.

Cierta noche, el caballero de Guarnón detúvose a refrescar bajo la techumbre del albergue, y prendado de la muchacha ordenó a sus arqueros que la condujeran al castillo, encerrándola en uno de sus misteriosos aposentos.

El enamorado pastor, que había presenciado la escena desde lejos, siguió lleno de rabia a los raptores de su amada, hasta llegar a una angostura sobre un barranco torrencial, donde un árbol, volcado por la tempestad, constituía una especie de puente que se dispuso a atravesar.

Una aparición extraña e inesperada alzóse de pronto al otro lado del torrente. Era un hombre alto y delgado vestido de color de fuego con bonete puntiagudo en la cabeza, ojos que lanzaban luz fantástica, actitud sobrenatural y aterradora.

¡Atrás, dijo el pastor, tengo prisa, atrás u os precipito en el abismo!

Detente contestó la aparición, nada conseguirás con pasar, el señor de Guarnón ya está en su castillo. ¿Te crees poderoso para arrancar su presa al más poderoso señor de las montañas?

El pastor desconcertado, preguntó ¿Como sabéis lo que me ocurre? ¿Quién sois, que adivináis mi pensamiento?

Mírame bien soy el diablo, contestó con una sonrisa burlona, tu estás enamorado de Azucena y yo tengo el poder para impedir que esta noche sea del conde Guarnón. Yo tengo poder para evitarlo y puedo ponerla dentro de un momento entre tus brazos.

En otras circunstancias el pastorcillo hubiera huido de inmediato, pero desesperado, aceptó la propuesta del diablo. Soy tuyo dijo, después de ligera reflexión. Acepto el pacto ¿Qué he de hacer?

El diablo sacó de su escarcela una escoba diminuta, que parecía de juguete. Con ella le dijo; barrerás cuantos obstáculos se pongan a tus deseos. Ve enseguida al castillo, Azucena será tuya.

Minutos después llegaba el joven al pie de uno de los torreones del Alcázar. Lo tocó con su escoba y el muro se abrió como una granada, lo franqueó llegando sin tropiezo a una estancia en la que temblando de pavor, aguardaba Azucena el momento de ser llamada al aposento del tirano. Ver al pastorcillo y caer en sus brazos fue todo uno.

Pero también fue cosa de un momento darse cuenta el conde de que le habían arrebatado la paloma y encontrar sobre la nieve el rastro de los fugitivos, por lo que armado, junto a sus vasallos y echando por la boca juramentos y blasfemias, se lanzó barranco arriba en persecución de los amantes.

Los divisó sobre una elevada roca y se dispuso a capturarlos. El pastor sacó entonces la escoba del diablo y barrió un poco de nieve, toda la de las alturas arrebatada por una mano invisible, cayó encima de los perseguidores y medio los sepultó bajo su manto, esto ocurrió tres veces, y la escoba barriendo de repente las altas cumbres, dejaba caer avalanchas de nieve, hasta que el señor Guarnón y sus sicarios desaparecieron para siempre.

Libres de la persecución volvieron a la cabaña donde vivieron felices, pero se dejaron olvidada la escoba misteriosa que desde entonces sigue barriendo la nieve de las crestas y arrojándola al fondo de los valles.

Por eso dicen los pastores de Sierra Nevada, que no faltan ni faltarán nunca los enormes ventisqueros en las cañadas de la Penibética.

Fuentes consultadas :
Hemeroteca ABC
Mitos y leyendas urbanas
Wikipedia

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12 respuestas a La escoba del diablo (Leyenda)

  1. Genín dijo:

    Pero el pastor, por el pacto con el diablo iría al infierno de cabeza ¿O va a ser la ley del embudo como pasa ahora?
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín «Las crónicas de la época» no dicen nada sobre este dato, aunque y es una opinión muy particular, el diablo le estaría muy agradecido y lo dejaría vivir tranquilo ya que consiguió, gracias al pastor, llevarse a Guarnón y a todos los que le acompañaban.
      Saludos

  2. Yo creo que la escoba debe haber empezado a funcionar ya, pues está bajando un frío que pela.

    Gracias por la dedicatoria.

  3. Jesús dijo:

    Por fin una leyenda con final feliz, el clásico sería que al verse acorralados se despeñan desde una roca que desde entonces lleva su nombre.
    Y el Ministerio de Turismo y Deportes encantado que las avalanchas en las pistas de esquí se le echen a la escoba del diablo. Me ha gustado.

  4. Calandra dijo:

    Bonita leyenda pero me tuvo todo el rato esperando a conocer el precio que le ponía el diablo por ayudarle a rescatar a su amada. Y parece ser que no hubo precio ¿sería una promoción?

    • unjubilado dijo:

      Calandra Era una promoción 20 x 1, el pastor o los 20 perseguidores o los que fueran, así que el diablo prefirió a los 20 de manera gratuita, y a todos los esquiadores que sin llevar el equipo apropiado se atreven a esquiar con viento en las proximidades de un ventisquero.

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