Hay jubilados que tienen mucho tiempo libre, e incluso pretenden ligar con las mozas, si es este tu caso pulsa en la imagen para ver como se desenvuelve el abuelete, claro que para desdicha del anciano, aparece su media naranja con no muy buenas intenciones.
Pero ya ves que hay que insistir, aunque lo pillaran el tío ligó…jajaja
Salud
Genín Me temo que en la realidad, las que le hubieran dado con un bolso hubieran sido las que están sentadas en el parque, ¿o no, quien sabe?
Saludos
No he querido abrir la imagen, prefiero guardar un buen recuerdo. Abrazos
Ester Si ese era tu deseo, has hecho bien. Abrazos
Qué forma de hacer el ridículo. He sentido vergüenza ajena. Un saludo desde mi mejana
Felipe Tajafuerte Al principio a mi me ocurrió lo mismo , sin embargo he pensado que la escena estaba forzada, precisamente para eso, para que nos diéramos cuenta de la manera que hacen el ridículo determinadas personas.
Saludos
Es que con la edad se hacen muchas tonterías, ja, ja…
Ligia Será por eso, que la mayoría de políticos son bastante mayores?
Un abrazo.
Qué bueno!, y lo bien que se lo pasan las mujeres con el flirteo del yayo!!Ja,ja!
toni Me temo que en este caso, es una risa nerviosa pensando ¿Qué pretenderá este abuelete?
Hay gente que no se rinde nunca, aun a riesgo del ridículo. Hay que mantener siempre el espíritu joven, que es lo que predico, pero dentro de la realidad, por supuesto.
Jesús Una pequeña broma, puede ser totalmente válida, pero insistir poniéndose totalmente en ridículo es completamente distinto.
Patético por ambas partes.
Leodegundia Yo creo que las mujeres no salían de su asombro y reían por no llorar.
…ahora sólo resta que este tipo de hombres añosos que persiguen con cucamonas a quienes podrían ser sus (bis)nietas, visionen el video y tomen consciencia de su patetismo.
Una mirada… Si se dedicaran a navegar por la red, seguro que no tenían tiempo para «ligar»
Pues también, 🙂 🙂 Aunque fíjate que no es cuestión sólo de jubilatas, que hay cada señor fondón incapaz de darse cuenta del ridículo que hace pretendiendo ligar con veinteañeras…
Una mirada… En la residencia de la Romareda, hay dos residentes muy mayores ambos, que al principio nos causaban risa, pero ahora ya lo tenemos todos asumido y es curioso verlos hacer manitas y algo más, llamarse cariñosamente a voz en grito, ya que casi no oyen y en verano salir a las cafeterías más próximas para estar libres de miradas indiscretas (siempre que tengan dinero), pero son personas de la misma edad.
Las carantoñas entre personas mayores me enternecen. Hay parejas de ancianos que se desviven el uno por la otra y viceversa y se tratan con tal cariño que no me cansaría nunca de mirarlos por la ternura que despiertan.
Una mirada… Te puedo asegurar que ahora nadie se ríe, esta tarde en concreto se preguntaban si alguno de los dos tenía dinero para invitar al otro a un café, como los dos decían que no, el ha sacado un caramelo y con mucho cariño se lo ha dado.
Yo suelo llevar en el bolso que llevo en bandolera bastantes caramelos, ya que al dejar de fumar me aconsejaron que los llevara, ahora ya no los como y esta tarde me han dado ganas de darles los que tenía, pero he pensado que por no parecer indiscreto lo dejaré para otro día y dárselos a uno de ellos. Dinero nos aconsejan que no les demos a nadie, excepto en casos muy puntuales, como puede ser un reloj que se queda sin pilas y te lo llevas para ponérselas y no aceptas el dinero que ha costado, o en una llamada telefónica, se encuentran sin dinero una vez que les ha puesto la recepcionista y se dan cuenta que no llevan nada más que unos céntimos y no pueden pagarla…