El regalo y el rey

Dos halcones

Cuenta la leyenda, que un rey de un país muy lejano recibió como obsequio en su cumpleaños dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasados unos meses, el instructor le comunicó que uno de los halcones estaba perfectamente educado, había aprendido a volar y a cazar, pero que no sabía qué le sucedía al otro halcón: no se había movido de una rama desde el día de su llegada a palacio, e incluso había que llevarle el alimento hasta allí.

El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie consiguió hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a varios miembros de la corte, pero a pesar de los intentos nada cambió; por la ventana de sus habitaciones el monarca veía que el pájaro continuaba inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.

-Traed al autor de este milagro- dijo a su séquito. Al poco rato le presentaron a un campesino.

-¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago, acaso?

Feliz pero muy intimidado, el campesino explicó:

-Fue fácil mi rey, sólo corté la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar…

En nuestra vida hay muchas ramas que nos mantienen en una situación de comodidad. Algunos a pesar de la seguridad de la rama igualmente se arriesgan y se lanzan, aprendiendo a volar y buscando la superación personal. Pero otros, como el segundo halcón, se acomodan en ella. A veces puede que algún acontecimiento rompa la rama de la costumbre, de la seguridad, entonces se dan cuenta de que pueden volar y superarse a sí mismos.

Deja de aferrarte a tu propia rama y corre el riesgo de volar más alto ¡ATRÉVETE A VOLAR!

Visto en la red.

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18 respuestas a El regalo y el rey

  1. Ligia dijo:

    Me parece una leyenda de lo más educativa. Hay muchas personas así, aunque aferrarse a la seguridad y a la costumbre para nada es reprochable, pero todo sin excesos, porque cambiar para nada…tampoco. Abrazos

  2. Manuel dijo:

    Me gusta esta historia con moraleja.
    Buen fin de semana.

  3. Luis J. Gendre dijo:

    Muy querido Jubilado:

    Llevas unos días mejorándote en tus articulos de forma muy importante , para mi gusto.
    Diariamente los leo y últimamente disfruto mucho con tus presentaciones.
    Gracias.
    Luis

    • unjubilado dijo:

      Luis J. Gendre Gracias por tus palabras, trato de superarme, pero no siempre lo consigo.
      Me alegra que te gusten, creo que sabes que estoy en Broto, seguramente el lunes ya iremos a casa.
      Aún recuerdo que hace bastante tiempo, muchas de mis entradas terminaban con un “Recibido por correo. Gracias Luis

  4. Una fábula muy instructiva; ciertamente, salir del área de seguridad y confort enriquece.

  5. Faerie Glen dijo:

    Un cuento con moraleja.
    Muy instructivo y aleccionador.
    Gracias por compartirlo, Jubi.
    Besos.

    • unjubilado dijo:

      Faerie Glen Debo de estar chapado muy a la antigua, ya que me gustan las historietas con moraleja, creo que son enriquecedoras.
      Gracias a ti, por leerme.
      Besos

  6. Piruja dijo:

    Hola, que leyenda mas bonita y real, en la vida pasa la mayoría de veces eso, nos acomodamos y por miedo no arriesgamos perdiéndonos muchas cosas que podríamos conseguir, me ha encantado.

    Besos.

  7. Genín dijo:

    A estas alturas de la película, yo me quedo en mi ranchi…digo, en mi rama…jajaja 🙂
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín Me temo que ambos nos quedamos donde estamos, ya que si yo pretendo escapar de la rama, me doy un tortazo impresionante, ya que por supuesto se me ha olvidado volar, no obstante seguro que hay personas a nuestra edad que se lo proponen y lo consiguen.
      Saludos

  8. Yo creo que, precisamente si somos mayores, tenemos que ir siempre más allá de lo que podemos, pues si nos quedamos solo en lo que podemos, lo que haremos es retroceder.

    • unjubilado dijo:

      Senior citizen Podemos hacer lo que dices en pequeñas cosas, pero en grandes deseos, me temo que tendríamos muchas dificultades para conseguirlo, aunque por supuesto siempre es bueno luchar.

  9. Sara O. Durán dijo:

    Empezar echando a volar la imaginación, mientras, las alas van creciendo.
    Un abrazo.

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