El lobo calumniado

Siempre hay que escuchar a las dos partes antes de emitir un juicio.

En este caso solamente hemos escuchado a Caperucita Roja y su versión de la historia, sin embargo si escuchamos la del lobo…
Lief Fearn, (Adaptación corregida de un texto de © Lief Fearn titulado El Lobo calumniado aparecida en el Educatio Projet de la Sección Británica de A.I. Publicado en el Boletín Informativo: “Educación en Derechos Humanos” nº 8, Septiembre 88.) decidió darle una vuelta a la historia de Caperucita Roja contándola desde el punto de vista del lobo y permitiéndole narrar su propia versión, así pues empezamos con ella, pero antes un inciso :

Caperucita Roja

El cuento de Caperucita Roja es uno de los más conocidos universalmente. Existen cientos de versiones y adaptaciones del popular cuento a lo largo de la literatura, música, cine, publicidad, historia, etc. Surgido como una narración de tradición oral fue divulgado inicialmente por Charles Perrault (1697) en su versión más primitiva y posteriormente por los Hermanos Grimm (1812), la más popular.

Veamos que nos tiene que contar el lobo : “El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo ordenado y limpio. Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos turistas sentí unos pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi llegar a una niña vestida de una forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la viesen. Caminaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunté quién era, de dónde venía, a dónde iba, a lo que ella me contestó, cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues el bosque también era para él. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.

La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegué me abrió la puerta una simpática viejecita. Le expliqué la situación y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista. Cuando llegó la niña la invité a entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para oírla mejor.

Ahora bien, la niña me agradaba y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Comprenderán que empecé a sentirme enojado. La niña mostraba una apariencia tierna y agradable, pero comenzaba a caerme antipática. Sin embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban a verla mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Reconozco que debí haberme controlado, pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y gritándole que era así de grande para comérmela mejor. Ahora, piensen Uds: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando mientras yo corría detrás suya tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr me la quité, pero fue mucho peor. La niña gritó aun más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la ventana y escapé corriendo. Me gustaría decirles que éste es el final del cuento, pero desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz de que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme y a odiarme.

Desconozco que le sucedió a esa niña tan antipática y vestida de forma tan rara, pero si les puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora ya la conocen…”

Seguramente, la mayoría de las veces, ni Caperucita es tan inocente, ni el lobo tan culpable.

Fuentes : Menéame, Algún día en alguna parte.

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18 respuestas a El lobo calumniado

  1. Ester dijo:

    Magnífico, siempre he defendido que hay que escuchar las dos partes y si no se puede que hay que repartir la culpa al 50%, no había pensado en el cuento, ahora curiosearé en otros cuentos imaginando otros finales. Nunca se me habría ocurrido y ahora tengo que decidir cuál de las dos partes dice la verdad jejeje Buenas noches

    • unjubilado dijo:

      Ester Yo ya he conseguido hablar con las uvas que según la zorra no estaban maduras y me ha comentado que «vaya susto me dio la zorra, menos mal que hacía un rato se me había ocurrido quitar la escalera y guardarla en el galpón donde guardamos los útiles de labranza».
      Buenos días

  2. Pero luego llegó Rodríguez de la Fuente y le dio la razón al lobo…

    • unjubilado dijo:

      <b<Senior Citizen Efectivamente, es como tiene que ser, no se puede andar por los bosques arrancando flores, y más si alguna está en periodo de extinción.

  3. jesus dijo:

    Lo siento, la versión del lobo es falsa. No sabéis que los lobos no hablan.

    • unjubilado dijo:

      jesus Que va, el lobo está en su derecho de decir la verdad, ya que en los cuentos hablan todos, mira si es así, que el Estado se ha querellado contra Caperucita y está indagando que tipo de flores arrancaba, ya que si se demuestra que es una orquídea «Zapatito de Dama» flor en periodo de extinción, el precio por arrancar una es de 16.000 euros, y si solamente ha dañado o cortado una hoja la multa es de 3.000 euros (Estas multas son ciertas), no obstante la multa no se la quita nadie. Y aunque no sea este tipo de flores, la sanción por arrancar flores en un parque nacional puede llegar a ser de hasta 300.000 euros, dependiendo de la cantidad cortadas o arrancadas.

  4. Genín dijo:

    Pero…¿Que pasó con la abuelita, se la zampó o no, señor lobo? jajaja 🙂
    Salud

    • unjubilado dijo:

      Genín Mire usted caballero, yo nunca me podría comer a una dulce abuelita, además estaría muy dura y correosa, así que todo lo que se ha escrito sobre mi es completamente falso.
      Saludos

  5. Siempre se juzga sin las indagatorias suficientes. El lobo tiene su buen argumento. Además a mi también me antipatiza Caperucita. Jaja. Besos

    • unjubilado dijo:

      Sara O. Durán Yo en este caso soy imparcial, pero como hay que recaudar dinero, a Caperucita, por arrancar flores le impondremos una buena multa, y al lobo por asustarla, lo tendremos trabajando para la comunidad dos horas diarias, durante un mes.
      Besos

  6. Frajayo dijo:

    Curiosa la versión del cuento de Caperucita; pero donde esté la que me contaron de pequeño y disfruté con él durante toda mi infancia…

  7. Laura.M dijo:

    De acuerdo que hay que escuchar las dos partes. Pero vaya con el lobo, se ofende porque matan un mosquito, claro como a él no le pican :))
    Buen miércoles.
    Besos.

  8. Tawaki dijo:

    Estos cuentos siempre tienen alguna que otra moraleja, y esta versión tiene también la suya, pero me parece que en la actualidad a la gente no le importa tanto la verdad como dar su opinión lo antes posible en las Redes.

    • unjubilado dijo:

      Tawaki Actualmente la humanidad se ha vuelto excesivamente egoísta, por supuesto no se puede generalizar ni mucho menos, pero los valores morales cada vez van más de capa caída.

  9. Poco importan las múltiples versiones que tenga un hecho; al final siempre prevalece la que mejor se publicita.

    • unjubilado dijo:

      Una mirada… La moraleja es que antes de opinar hay que dejar hablar a las dos partes y que los «testigos» no sean comprados, como parece ser el caso de las 100 fuentes.

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