Arrogancia

Aparicio Torelly Aporelly. Barón de Itararé

Aparicio Torelly Aporelly. Barón de Itararé

Esta anécdota la protagonizó, el humorista, periodista, político, senador y sobre todo un gran humanista brasileño, Aparicio Torelly Aporelly, más conocido en su patria como:

El Barón de Itararé, fallecido en Rio de Janeiro, 1971.

Cuando joven, este Barón de Itararé, cometió el error de estudiar medicina, por complacer a su familia. Pero esos estudios terminaron cuando ocurrió lo siguiente, lo cual es absolutamente cierto.

Un día un profesor que lo detestaba por sus bromas, le preguntó: Torelly, ¿cuántos riñones tenemos?

Aparicio le respondió con una sonrisa : Cuatro!

¿Cuatro? Dijo incrédulo el profesor. Y para saborear su victoria le dice a su ayudante: Traiga pasto, porque tenemos un burro en la sala de clases.

Pero el insolente alumno tampoco se quedó callado : Y a mí que me traiga un café.

El catedrático, furioso, lo expulsó del aula para siempre.

Aparicio Torelly, agarró sus libros sin enojarse y cuando ya iba para afuera se dio vuelta y con su eterna sonrisa dijo bien fuerte:
Usted me preguntó cuántos riñones tenemos.
Tenemos es la primera persona plural del verbo tener.
Y nosotros tenemos cuatro riñones, dos usted y dos yo.
Hasta luego, que le aproveche el zacate.

Aunque el barón de Itararé se dio cuenta a tiempo que la medicina no era para él, se fue dejando en claro que para triunfar en la vida no basta con ser experto en un tema, también hay que saber expresarse con corrección

La vida exige mucho más comprensión que conocimiento. A veces, las personas, por tener un poco más de conocimiento o «creer» que lo tienen, se sienten con derecho de subestimar a los demás.

Es necesario escoger entre la soberbia y la humildad de saber escuchar bien a los otros.
Casi siempre escogemos la soberbia y la sordera.

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17 respuestas a Arrogancia

  1. Jesús dijo:

    Efectivamente tienen mucha importancia los tiempos verbales, recuerda aquello de «Ha dicho el padre prior que bajéis a la huerta y recojáis las verduras, y que cuando terminéis
    que subamos a comer.

  2. En los hospitales es muy corriente hablar en plural cuando se refieren al enfermo y así dicen: ¿Que tal nos hemos despertado hoy? De tal forma que dan ganas de decirle: Usted no se, pero yo estoy hecha la pascua.

  3. Nélida dijo:

    Una historia aleccionadora y con moraleja.
    Me parece que Aparicio era alguien muy inteligente y fiel a sí mismo.
    Quien actúa desde la soberbia y altanería, siempre se quita la razón.

    Un abrazo.

    • unjubilado dijo:

      Nélida Creo que llevas toda la razón.
      «Al Barón de Itararé
      un grande entre los grandes,
      con respeto le saluda de pie
      el poeta de los Andes:
      Neruda.
      (Pablo Neruda, 1945)
      Un abrazo.

  4. Genín dijo:

    Me ha encantado la anécdota 🙂
    Salud

  5. mjesus dijo:

    asMuy bueno, Somos libres del pensamiento y prsos de nuestras palabras. un abrazo

  6. mjesus dijo:

    Muy bueno, Somos libres del pensamiento y prsos de nuestras palabras. un abrazo

  7. Calandra dijo:

    Hay personas que son muy agudas a la hora de responder y no hay duda de que este señor lo era.

  8. ester dijo:

    No consocia el caso, con lo que a mi me gustan estas anécdotas, me ha parecido genial.
    Cuantas veces nos precipitamos en nuestras respuestas, y tu lo dejas muy claro en tu última frase. Abrazos

    • unjubilado dijo:

      ester Como no se de nada, procuro tocar todos los palos y especialmente algunos para que el blog resulte entretenido.
      En demasiadas ocasiones contestamos sin pensar, ese pronto que todos en mayor o menor proporción tenemos, no hace contestar sin darnos exacta cuenta de lo que decimos.
      Un abrazo

  9. Desconocía al personaje, pero fíjate que lo de este hombre y su profesor me recuerdan a Gandhi y el suyo.

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